Discurso V de Vendetta



Supongo que usted se pregunta por qué le he llamado aquí esta tarde. Bien, es porque no estoy completamente satisfecho de su desempeño últimamente…
Tengo miedo de que no valore su trabajo, y, pues tengo miedo de que nosotros pensemos en dejarle ir.
Yo se que usted ha estado con nosotros durante mucho tiempo. Casi – déjeme ver – diez mil años – palabra – acaso el tiempo no vuela, parece que fue ayer.
Recuerdo el día en que inicio su trabajo, balanceándose debajo de los árboles, fresco, desafiante y nervioso sosteniendo un hueso valientemente.
¿Dónde comienzo? lamentable usted me lo pregunto
mis palabras son: “ahí hay un montón de huevos de dinosaurio”, y río paternalmente mientras todos nos vamos al carajo.
¿Bien, venimos desde lejos, verdad? y sí, sí, usted tiene razón en todo este tiempo no ha dejado pasar un día.
Bien hecho, somos criados buenos y fieles.
Yo no he olvidado que nuestro trabajo ha sido constante y todo lo valioso que ha hecho en nuestra empresa…
El fuego, la rueda, la agricultura… es una lista impresionante, bastante vieja. Una lista alegremente impresionante, no me equivoco.
Pero para ser franco, también tenemos nuestros problemas y no hay porque alejarnos de ellos.
¿Sabe de donde vienen? le diré…
De su desgana, de su apatía por progresar, usted no tiene ganas de enfrentar la responsabilidad de ser su propio jefe. Señor sabe, se le han dado demasiadas oportunidades, se le han ofrecido y ofrecido y usted las ha rechazado.
“Yo no podría manejar esto”, los gobernadores, nos han engatusado conocemos nuestro lugar.
Para ser franco, usted no lo intenta, verdad?
Usted solo ve, no se mueve, ha estado detenido por mucho tiempo y esto comienza a mostrarse en todo y yo podría añadir que con su conducta también.
Ni los constantes enfrentamientos con sus compañeros incluso su vida privada.
Se que usted es incapaz de llevarse bien con su esposa, con su familia, discute, grita y la violencia aparece.
Se que usted siempre lastima al que usted ama, a aquel al que no se le debería hacer daño
Y qué hay de los niños, sufren con usted, concientes siempre de los problemas que hay a su alrededor, pobres. Deben sufrir su intimidación, su desesperación, su cobardía y todos sus fanatismos que con cariño les enseña.
Realmente no todo esta bastante bien, verdad?
Esto es por la imputación del inútil estándar de trabajo sobre la mala dirección, el uno y el otro… aunque, sin duda la dirección es muy mala.
Hemos estado en una cadena de malversadores, defraudadores, mentirosos y de lunáticos que nos atan a decisiones catastróficas, esto es un hecho llano.
¿pero quién los eligió? ¡Fue usted!, ¡usted el que designó a esta gente!, ¡usted que le dio la fuerza de tomar las decisiones!
Se que algunas veces nos podemos equivocar una vez, pero continuar con los mismos letales errores siglo tras siglo no me parece nada deliberado.
Usted ha animado a estos incompetentes malévolos, que han hecho de nuestras vidas grandes confusiones, ha validado indiscutiblemente sus decisiones, sin sentirlas permitiendo que lo hagan a un lado.
Usted pudo haberlos parado, todo lo que tuvo que decir era “NO” pero no tiene valor, no tiene orgullo, no es mas que un simple activo más de la empresa.
Pero espero que por lo menos su voluntad sea abundante.

Si al final de todo esto, usted sigue indispuesto, esta despedido, eso es todo.
Puede volver a su trabajo.


1 Response to Discurso V de Vendetta

  1. Anónimo says:

    lo lei...entre otros. He estado nadando por tus letras y pensamientos. la bailarina ausente