Miedo y asco en Las Vegas


Hunter S. Thompson
Fragmentos

…¿Por qué molestarse en leer los periódicos si lo que ofrecen es esto? Tenía razón Agnew. Los de prensa son una pandilla de maricas crueles. El periodismo no es ni una profesión ni un oficio. Es un cajón de sastre para meticones e inadaptados… acceso falso al lado posterior de la vida, un agujero sucio y meado desechado por el superviso editorial, pero justo lo bastante profundo para que un borracho se acurruque allí desde la acera, y se masturbe como un chimpancé en la jaula de un zoo.

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A mí me parecía que la única forma de preparar un viaje así era ataviarse como pavos reales humanos y enloquecer, luego cruzar aullando el desierto y hacer el reportaje. No hay que perder de vista nunca la responsabilidad básica.
    Pero, ¿qué era el reportaje? Nadie se había molestado en decirlo. Así que tendríamos que montárnoslo nosotros mismos. Libre Empresa. El Sueño Americano. Horatio Alger se vuelve loco a causa de las drogas en Las Vegas: Hazlo ya: puro periodismo Gonzo.

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Desde luego. Pero ¿qué es sano saludable? sobre todo aquí en “nuestro propio país”… en la desdichada era de Nixon. Todos estamos ya conectados en un viaje de supervivencia. Se acabo la velocidad que alimentó los sesenta. Los estimulantes se han pasado de moda. Este fue el fallo fatal del viaje Tim Leary. Anduvo por toda Norteamérica vendiendo “expansión de la conciencia” sin dedicar ni un solo pensamiento a las crudas realidades carne/gancho que estaban esperando a todos los que le tomaron demasiado en serio. Después de West Point y del sacerdocio, el LSD debió de parecerle muy razonable… pero no produce gran satisfacción saber que él mismo se preparó su propia ruina, porque arrastró consigo al pozo a muchos otros, a demasiados.

    No es que no se lo merecieran: recibieron todos sin duda lo que se merecían. Todos aquellos fanáticos de ácido patéticamente ansiosos que creían poder comprar Paz y Entendimiento a tres billetes la dosis. Pero su fracaso es también nuestro. Lo que Leary hundió con él fue la ilusión básica de un estilo de vida total que él ayudo a crear… quedando una generación de lisiados permanentes, de buscadores fallidos, que nunca comprendió la vieja falacia mística básica de la cultura del ácido: el desesperado supuesto de que alguien (o al menos alguna fuerza) se ocupa de sostener esa Luz al final del túnel.
 

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