Plegaria de los paracaidistas


Dame, señor, lo que todavía tienes;
Dame lo que nadie reclama.
No te pido riqueza
Ni éxito, ni siquiera salud:
La gente te pide todo eso con tanta frecuencia, señor,
Que ya no te debe quedar más
Dame, señor, lo que todavía tienes;
Dámelo que la gente se niega a aceptar de ti.

Quiero la inseguridad y el desasosiego,
Quiero el tumulto y la lucha.
Y si me lo concedes, Señor,
De una vez por todas
Asegúrame que los conservaré,
Porque no siempre tendré el coraje
De pedírtelos.

Sacco y Vanzetti


Ayuda a los débiles que suplican ayuda, ayuda a los perseguidos y a las víctimas, porque ellos son tus mejores amigos; ellos son los camaradas que luchan y caen como lucharon y cayeron ayer tu padre y Bartoolo por la conquista de la alegría de la libertad para todos los pobres trabajadores. En esta lucha vital hallarás más amor y serás amado.
Nicola Sacco (1891 - 1927)


En su última carta a su hijo de trece años, Dante, el 18 de agosto de 1927, tres días antes de su ejecución en la prisión de Charlesrown, Boston, Massachussets. “Bartolo” era Bartolomeo Vanzetti (1888 - 1927), que murió la misma noche en la misma silla eléctrica, invento de un dentista. La misma suerte corrió un hombre aún más olvidado, Celestino Madeiros (1894 - 1927), que confeso el delito por el que habían condenado a Sacco y Vanzeti, pese al hecho de haber sido declarado también convicto de otro asesinato por el que se había interpuesto apelación. Madeiros era un notorio delincuente que al final se comportó de modo generoso.

Discurso de Allende en Guadalajara


Esta en cuatro partes:

1.


2.


3.


4.


Muere Pinochet




Ahora que muere el general que era un asesino y cobarde; me pregunto, qué no nos dijeron y que no nos enseñaron que el bien siempre le ganaba al mal, qué había una balanza, que existia un equilibrio y que siempre la pagas de una forma u otra.

Pues no, Pinochet murio en su cama y Salvador Allende con un balazo en su cabeza.

Pablo Milanes canta:

Algunas palabras de Lenon:




- Mi función en la sociedad, así como el papel de cualquier artista o poeta, es tratar de expresar el sentir de todos. No se trata de decirle a la gente que decir. No como un predicador ni como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros.

- Nuestra sociedad está manejada por gente desequilibrada para alcanzar objetivos desequilibrados. Pienso que estamos manejados por maniáticos con fines maniáticos y considero que yo soy propenso a ser encerrado por desequilibrado al decir esto. Eso es lo más loco de esto.

- No voy a cambiar mi apariencia ni mi manera de sentir para complacer a nadie. Siempre he sido un "raro". Por lo tanto, he sido un raro toda mi vida y tengo que vivir con eso, tú sabes. Soy uno de esos.

Entrevista a Slavoj Zizek




LOS RETOS ACTUALES DE LA FILOSOFÍA
Si un fármaco puede hacerme más valiente, más lúcido y más generoso, ¿en qué queda la ética?: Slavoj Zizek
Convertido en uno de los pensadores más polémicos del momento, el filósofo esloveno -que publica cuatro libros en España- explica en esta entrevista las claves de su pensamiento. La crítica al capitalismo posmoderno, la necesidad de refundar la izquierda y la exigencia de una nueva ética a la altura de los desafíos de la ciencia centran las reflexiones de un autor torrencial e irónico que utiliza todas las herramientas a su alcance: de Marx a Lacan pasando por los chistes, el cristianismo o el cine.
ENRIC GONZÁLEZ
BABELIA - 25-03-2006


Slavoj Zizek (Liubliana, 1949) grita, ríe, aplaude. Los aspavientos de sus brazos resultan convulsos, casi turéticos, pero el personaje emana una gran cordialidad. Es un filósofo pluridisciplinar que se dio a conocer en círculos psicoanalíticos y en poco tiempo, apenas unos años, se ha convertido en una estrella del pensamiento contemporáneo. Colabora en The New York Times, es profesor invitado en las universidades de París (donde estudió), Columbia, Princeton y Georgetown y preside la Sociedad para el Psicoanálisis Teórico de Eslovenia. A partir de Karl Marx y de Jacques Lacan efectúa una crítica sistemática de la posmodernidad y exige la reinvención de una ética de izquierda capaz de hacer frente a la revolución de la tecnología y la biomedicina. Vive en un pequeño apartamento de Liubliana, la capital eslovena; el mobiliario es barato y la ropa está guardada en los armarios de la cocina.

PREGUNTA. ¿Cómo se le ocurrió ser filósofo?
RESPUESTA. Creo que para ser bueno en algo hace falta una vocación alternativa. Como le pasó a Claude Levi Strauss, que quería ser músico y se convirtió en antropólogo. Yo, de adolescente, soñaba con ser director de cine, pero hacia los 18 años empecé a estudiar filosofía. Fue como la caída de San Pablo en el camino hacia Damasco. Ya nunca tuve dudas. Empecé estudiando la Escuela de Francfort y otros marxismos disidentes, y al llegar a la universidad me hice heideggeriano, que en Eslovenia era lo máximo en disidencia.

P. ¿Por qué Heidegger resultaba tan disidente?
R. Cada república yugoslava había adoptado una filosofía distinta, la más cercana a cada grupo de poder. En Eslovenia imperaba la Escuela de Francfort. En Croacia se prefería a los marxistas de Praxis y a Heidegger: para ascender en el partido comunista croata convenía dominar la fenomenología. Lo de Serbia era muy distinto: filosofía analítica. Entonces estalló el llamado estructuralismo: Lacan, Foucault, Althusser y demás. Y resultó que las dos escuelas rivales en Eslovenia, la de Francfort y la de Heidegger, olvidaron sus diferencias para enfrentarse de forma feroz, paranoica, contra los estructuralistas. Eso me intrigó. Yo tenía 21 años. Pasé los seis o siete años siguientes leyendo de forma confusa la teoría francesa, un poco de Michel Foucault, un poco de Jacques Derrida, hasta que descubrí mi propia secta: desde entonces soy un estalinista ortodoxo lacaniano, dogmático y nada dialogante.

P. ¿Cómo se puede rechazar el diálogo?
R. Mi lema es: ninguna libertad para los enemigos de la libertad. No, en serio, la filosofía es necesariamente dogmática. ¿Conoce usted algún diálogo filosófico que haya funcionado? ¿Los de Platón? Qué va, ahí, sobre todo en los diálogos sofistas de la última época, hay un tipo que habla todo el rato mientras el interlocutor se limita a decir "oh, sí, por Zeus, cuánta razón tienes". Heidegger tenía razón en que cada filósofo cuenta con una percepción fundamental y se limita a repetirla a lo largo de su obra.

P. ¿Cuál es su percepción fundamental?
R. Mi problema es el siguiente: nosotros, la izquierda, aún no disponemos de una buena teoría sobre lo que fue el estalinismo. La Escuela de Francfort, Jurgen Habermas, todos estaban obsesionados con el marxismo y con el antisemitismo, pero no dijeron nada del estalinismo. Existe un libro de Herbert Marcuse, ya lo sé, pero no es más que una interpretación de los textos de los congresos del PCUS. Si lee usted a Habermas no podrá adivinar que mientras el filósofo escribía, había dos Alemanias. Un amigo de la Escuela de Francfort me explicó que no abordaron el estalinismo para no parecer anticomunistas. ¿Cómo? ¡Pero si eran abiertamente anticomunistas! ¡Algunos apoyaron la intervención estadounidense en Vietnam! ¿Cuál es la percepción fundamental de la Escuela de Francfort? Lo que llaman la dialéctica de la Ilustración, es decir, que existe un potencial opresivo totalitario en la Ilustración moderna europea. ¿Hay mejor ejemplo de ello que el estalinismo? Mientras el fascismo estaba abiertamente en contra de la Ilustración, el estalinismo constituía una Ilustración radical. No digo que el estalinismo fuera mejor que el nazismo, digo que hay en él algo realmente enigmático y desconocido. Un detalle revelador: los presos del Gulag tenían la obligación de enviar a Stalin telegramas de felicitación por su cumpleaños. ¿Se imagina a los judíos de Auschwitz felicitando a Hitler? Por la misma razón, los nazis no organizaron juicios para que los judíos confesaran que participaban en una conspiración mundial contra Alemania. Los estalinistas, en cambio, necesitaban confesiones y arrepentimientos, porque consideraban que incluso un traidor formaba parte de la razón universal y podía ver su propia mentira.

P. El nazismo y el estalinismo desembocan igualmente en un antisemitismo brutal.
R. Es la modernidad. Hasta la Revolución Francesa, el objetivo consistía en bautizar y cristianizar a los judíos. Se creía en la emancipación. Después decidimos que el problema radicaba en su naturaleza y por tanto sólo cabía matarlos. Es curioso, los modernos creemos ser más "liberales" que los premodernos y no es así.

P. Auschwitz es la gran tragedia de nuestra época.
R. Sí. Pero aquello no puede ser representado como una tragedia. ¿Se ha fijado en que las mejores películas sobre el Holocausto son comedias? Cosas como La vida es bella u otra italiana, Siete bellezas...
Cuando las cosas son demasiado horribles hay que explicarlas en clave de comedia, porque la tragedia requiere dignidad. Y no hubo dignidad en Auschwitz, ni en los juicios del estalinismo. En Eslovenia, después de la guerra, tuvimos un juicio atroz, el llamado caso Dachau. Los supervivientes del campo de Dachau fueron detenidos y acusados de cooperar con los nazis, porque si hubieran sido buenos comunistas habrían muerto. Se les acusó de sobrevivir.

P. ¿Hay dignidad en la guerra de Irak?
R. He escrito sobre ello en La tetera prestada
[que Losada publicará en España en julio], utilizando un viejo adagio iraquí: un tipo se queja ante otro de que le ha devuelto rota la tetera que le prestó. El otro responde que nunca tomó prestada una tetera. Luego puntualiza que la devolvió intacta. Y añade que, en cualquier caso, la tetera ya estaba rota cuanto la tomó prestada. Las justificaciones de Washington para la guerra de Irak son igualmente incongruentes. George Bush afirmó que Irak disponía de armas de destrucción masiva. Más tarde, que aunque no tuviera esas armas cooperaba con Al Qaeda y constituía una amenaza para el mundo. Al final argumentó que Sadam Husein era un dictador terrible y que eso era razón suficiente para derrocarle. En realidad, las razones eran la extensión de la democracia, la demostración de la hegemonía mundial de Estados Unidos y el control del petróleo, argumentos incongruentes entre sí que condenaban al fracaso la invasión.

P. Estados Unidos utiliza la tortura en su "guerra contra el terror".
R. Yo estoy en contra de la tortura, pero puedo comprender ciertas situaciones. Pongámonos en el viejo caso de que tengo ante mí a un tipo que sabe dónde está secuestrado mi hijo: no puedo prometer que no le torturaría personalmente hasta que me diera la información. Lo importante es mantener la distinción entre un caso desesperado y la legalización de la tortura. Todos sabemos que la CIA es experta en interrogatorios violentos y brutales, pero no debemos aceptar que se hable de ello como algo normal. Algo está cambiando en la moralidad pública de Estados Unidos. El otro día, en televisión, un congresista conservador hizo el siguiente razonamiento: nuestros prisioneros eran desde el principio "objetivos legítimos" de guerra pero sobrevivieron a los bombardeos; por tanto, podemos hacer con ellos lo que queramos, ya que desde el principio teníamos el derecho a matarlos. Se ha puesto en marcha una "revolución silenciosa", las reglas fundamentales de la ética están cambiando y nosotros no pedimos siquiera estar al corriente de ello. En eso estoy de acuerdo con Habermas.

P. Y Habermas está bastante de acuerdo con el papa Benedicto XVI. Han escrito un libro a medias.
R. Estoy de acuerdo en el diagnóstico de Habermas, pero no en las soluciones que propone. Su actitud es puramente defensiva: no hagamos esto, no hagamos lo otro...
No podemos decir, como Habermas, que hay un límite en la eugenesia y no debemos traspasarlo. Tenemos que reinventar la ética. Hoy es posible implantar un chip en un ratón y teledirigirlo. ¿Se da cuenta? Obviamente, será posible hacer lo mismo con un ser humano.

P. Eso es crear un Golem.
R. Se plantea una cuestión filosófica: ¿cómo experimentará ese ser humano el control remoto? ¿Tendrá consciencia de que le controla una fuerza exterior? ¿Creerá ser él mismo el emisor de las órdenes? Me inclino por la segunda hipótesis: el ser humano teledirigido no se dará cuenta de nada, se sentirá libre.

P. Jurgen Habermas propone una drástica autolimitación de la investigación científica para no destruir la esencia del ser humano.
R. ¿Y eso cómo se hace? Es imposible. Si se pueden manipular los genes, se manipularán. Los chinos están ya experimentando con el control remoto del cerebro. Eso espanta mucho a la gente religiosa. El otro día participé en Viena en una mesa redonda en la que había un par de obispos. Les pregunté por qué estaban en contra de la experimentación farmacológica en el cerebro. "Porque el hombre es una criatura divina, con un alma divina, etcétera", me respondieron. Pero si no somos simples mecanismos biológicos, sino que tenemos un alma inmortal, nos pueden hacer lo que sea en el cerebro. Nos queda el alma, ¿no? No, los obispos son secretamente materialistas y temen que, en realidad, sólo seamos nuestro cerebro. Un obispo bastante listo comentó que el cerebro era un televisor y el alma un descodificador, necesarios el uno al otro. Ése fue un argumento inteligente, pero falso. Si un fármaco puede hacerme más valiente, más lúcido, más generoso, ¿en qué queda la ética? Significa que somos sólo química. Entonces, ¿somos libres? Yo creo que sí. Pero si bloqueamos la experimentación científica sólo estamos manteniendo una ficción de libertad.

P. Usted cita en abundancia a Lenin y ha escrito un libro sobre él.
R. Mucha gente discute sobre la escasa participación de las mujeres en política y sobre si conviene establecer cuotas. Zapatero no se entretuvo en debates e impuso las cuotas. Eso es leninismo: dejémonos de esperar las condiciones objetivas, hagámoslo y veamos si funciona. Acerca de mi posición política, existe una cierta confusión. He escrito un libro sobre la actualidad del pensamiento leninista, pero lo que propongo es "repetir" el leninismo en el sentido que Walter Benjamin daba al término "repetir". Eso supone reconocer que Lenin está muerto. Carezco de soluciones, me declaro más pesimista que los partidarios de las "terceras vías". Para mí, Tony Blair es un gran traidor. La izquierda debe ser reinventada.

P. ¿Se puede pensar en una izquierda al margen del capitalismo?
R. Hay quien considera que mi leninismo es una provocación. También hay quien se ríe del "fin de la historia" anunciado por Francis Fukuyama, pero todos actuamos como si Fukuyama tuviera razón, como si el capitalismo liberal fuera la culminación del progreso. No estoy loco ni preconizo la fundación de un nuevo partido revolucionario. Sólo propongo que mantengamos la mente abierta y no creamos que la tolerancia, el Estado de bienestar y las "terceras vías" constituyen valores supremos.

P. Respecto al capitalismo, ha demostrado una capacidad casi infinita para engullir a quienes le contradicen.
R. Cierto. Hemos vivido varias veces la "crisis final" del capitalismo. Para Marx fue el imperialismo, para Stalin fue el fascismo... El capitalismo siempre está en crisis y cada vez es más fuerte. Ahora hay bastantes que confían secretamente en que una gran catástrofe ecológica acabe con el capitalismo. ¡Al contrario! ¿Se imagina las oportunidades de inversión y negocio que se abrirían con esa catástrofe?

P. ¿Y el nacionalismo? Usted ha vivido de cerca la tragedia yugoslava.
R. En la antigua Yugoslavia circulaban muchos chistes políticamente incorrectos, en los que los eslovenos eran siempre tacaños, los montenegrinos eran perezosos...
El intercambio de ofensas de apariencia racista era continuo. Y eso facilitaba la convivencia. La prueba es que los chistes desaparecieron con la guerra. Sólo quedó la corrección política, que es un racismo reprimido. Hay que reírse. ¿Por qué no podemos reírnos del islam? A mí me interesa la religión musulmana, porque tanto Ismael, hijo de Abraham y Agar y patriarca de los árabes, como Mahoma eran huérfanos, y eso ha conducido a una religión antipatriarcal. ¿Sabe que hablar de Dios Padre es blasfemia en el islam? Deberíamos dejar de afrontar el islam con la memez de la lente multiculturalista y tratar a los musulmanes aceptando con naturalidad que son distintos a nosotros. En el siglo XIX, una de las críticas europeas al decadente Imperio Otomano era su "degeneración multicultural". Y ahora ya ve.

P. Usted fue opositor a Slobodan Milosevic e incluso se presentó como candidato en las elecciones presidenciales de 1990.
R. Slobodan Milosevic fue mi enemigo. Serbia tenía el mayor potencial democrático de todas las repúblicas yugoslavas, pero Milosevic ensambló la antigua nomenklatura con los nacionalistas. Tito había puesto ya las bases de ese ensamblaje, porque en las últimas purgas, las de principios de los setenta, persiguió a los demócratas y respetó a los nacionalistas. En cualquier caso, Milosevic acabó haciendo un gran favor a Eslovenia. Sólo un 20% o un 30% de los eslovenos querían la independencia, pero bastó que apareciera él para que todos entendiéramos que ese hombre iba a traer la guerra: su ambiente natural era la excepción, la crisis, la pulsión ultranacionalista. Nos escapamos de Yugoslavia en el último minuto, cuando el ejército no había sido aún depurado para convertirlo en serbio y Belgrado no estaba aún seguro de la fidelidad de los mandos intermedios. Eslovenia tuvo suerte.

P. ¿Qué pensó cuando la OTAN bombardeó a los serbios?
R. Pensé en el horror que debían sentir mis amigos de la izquierda europea. Y pensé en que eso debía haberse hecho mucho antes, porque se habría evitado mucha muerte. Los que piensan que hubo una conspiración imperialista para destruir Yugoslavia se equivocan totalmente. Yugoslavia ya estaba muerta cuando Milosevic llegó al poder. Su mérito consistió, precisamente, en analizar de forma correcta la situación: Tito ya no existía y su fórmula yugoslava estaba acabada. Fue el primer político yugoslavo en comprenderlo.

Situacionismo


Qué es el situacionismo?
El arte del futuro será o la construcción de
situaciones, o ninguno.
Guy Debord
La vida real está en otra parte.
Arthur Rimbaud citado en la revista Internacional Situacionista
“...los Situacionistas, de quienes os creéis
jueces, os juzgarán un día u otro”.
Manifiesto Situacionista


Introducción
Reconozco mi parcialidad por aquellos que han intentado cambiar al mundo y mi franco entusiasmo por quienes lo han buscado con seriedad y con método. No me refiero a quienes ejercen el poder o a quienes lo asedian por medio de la intriga o la fuerza, sino a aquellos que buscan una transformación de fondo a partir de las ideas. Confieso también mi interés menor por utopías y modernos apocalipsis, a pesar de que me atrae fuertemente su lenguaje típicamente revelador y sugerente.

Los Situacionistas franceses de las décadas de los cincuenta y sesenta, particularmente Guy Debord, caen en este grupo de renovadores, analistas y críticos, que fueron más allá de utopías y apocalipsis proponiendo procesos de cambio profundo. Sus ideas fueron importantes en los movimientos estudiantiles del 68, no sólo en Francia sino también en muchos otros países. Su extensa obra sigue siendo consultada en medios impresos y por Internet. Sus libros, revistas, películas y posters son coleccionados en todo el mundo.

“Crear situaciones”
El mensaje central de los Situacionistas es que el hombre actual no es un actor sino un mero espectador. En su rol pasivo acepta el sistema social y, en la práctica, reproduce la cultura que lo agobia y se caracteriza por el trabajo rutinario, el desperdicio del tiempo libre, la manipulación de los medios, el arte excluyente y burocrático, la cultura estereotipada, los ritos empobrecedores, el conformismo y el aburrimiento.

En contraste, los valores de los Situacionistas son la interacción social, el diálogo y la renovación del comportamiento. Para ellos, se requiere una reversión ética que permita equidad en la participación y la recreación lúdica más que la equidad en la distribución del ingreso o consumo de bienes, que consideran bienes empobrecidos.

Dime qué situaciones has vivido y te diré quién eres,
Dime qué situaciones has creado y te diré cuánto has contribuido.

Esta valoración se relaciona con las tesis del antropólogo Johan Huitzinga, que según Andrew Hussey (en El Juego de la Guerra: La vida y muerte de Guy Debord) tuvo gran influencia sobre los Situacionistas:

1. Las grandes culturas emergen del juego más que de la planeación.
2. El Homo Ludens es por lo menos tan importante como el Homo Faber.
3. El Homo Ludens y el Homo Faber actúan en oposición.

Para los Situacionistas el gran juego reside en el ejercicio amplio y libre de la capacidad de diseñar, ejecutar y compartir situaciones intensas. Consideran que las situaciones más valiosas son aquellas que transforman a los participantes sin posibilidad de retorno, las que niegan el valor de los “bienes” materiales y culturales de la sociedad actual y las que generan cadenas de eventos que se retroalimentan recíprocamente.

En esta lógica, crear situaciones se convierte en el arte por excelencia, la última “escuela” que llevará a recrear todas las manifestaciones artísticas conocidas por medio de la creación colectiva; en un mundo sano, todos seremos artistas. La materia no es el óleo, el barro, el bronce, la tiza, el papel o la tela sino la vida diaria (costumbres y roles), los espacios urbanos, el conocimiento. No se trata de performances o happenings sino de situaciones realmente vividas para transformar la vida cotidiana.

En la visión de los Situacionistas, el obstáculo para el cambio consiste en que el sistema social reproduce patrones rígidos de convivencia, inhibe la libre actuación y confronta o coopta la innovación. En estas condiciones, se requieren situaciones de alta calidad, autónomas, socialmente atractivas, incluyentes, artísticas, que cuestionen y retroalimenten formas de convivencia. El reto es construir una teoría para identificar y potenciar esas acciones autónomas y, más todavía, desarrollar métodos para generar nuevas situaciones que produzcan reacciones en cadena capaces de sobrepasar los obstáculos y propiciar el cambio.

Surrealismo y Situacionismo
Los Situacionistas se sumaron a los movimientos avant-garde de la posguerra europea. Así como el dadaísmo consideró necesario destruir la sociedad racionalista y progresista que había llevado a la primera guerra mundial y el surrealismo consideró necesario romper con el pensamiento occidental por considerarlo opresor de la personalidad, los Situacionistas consideraban necesario trabajar por la construcción consciente y colectiva de una nueva civilización.

Como los dadaístas y los surrealistas, los Situacionistas dieron el paso hacia el vacío para marcarse colectiva e individualmente como “anti héroes” y “anti artistas”; de esta manera, sumaban el rechazo social a su deseo de diferenciarse para volverse menos vulnerables a la presión social y a la seducción de la cultura. Compartieron con otros movimientos avant garde la pasión por hacer de la vida una obra de arte.

Como parte del avant-garde, los Situacionistas buscaron usar el arte como un elemento central de un metalenguaje que tiene sus propias reglas, más que convertirse en un movimiento artístico por derecho propio. La actividad artística es poco voluminosa y se dio principalmente en el cine.

Los Situacionistas escandalizaron Cannes durante el festival de cine, llamaron a tomar la UNESCO y a quemar el museo del Louvre, hicieron antilibros con las reflexiones de Guy Debord encuadernados en papel lija, cambiaron las señales de tráfico de las ciudades, alteraron el sentido de los mensajes gubernamentales (complementaron los posters “El alcohol mata lentamente” con “nos vale... tenemos tiempo”), llamaron a falsas conferencias de personajes conservadores de la cultura europea para presentar mensajes pregrabados.

También buscaron hacer del alcohol y la sexualidad una obra de arte de excesos. Entraron en conflicto con derecha e izquierda, rompieron estrepitosamente con André Bretón y Henry Lefebvre, atacaron íconos culturales. En sus obras escritas, buscaban el poco noble resultado de “cretinizar” al lector poco crítico; después de todo, como escribió Isidoro Duchase (el misterioso Conde de Lautréamont) deseaban que “Dios conceda al lector... rigurosa lógica y un esfuerzo mental sostenido, tan fuerte como su desconfianza...”.

Los Situacionistas y Guy Debord
No es fácil escribir sobre personas e ideas a las que la mayoría de los lectores tendería, en primera instancia, a menospreciar o a considerar dañinos.

Los Situacionistas fueron juzgados como anarquistas, irreverentes, críticos furiosos tanto de capitalismo como del comunismo, revoltosos, depravados y radicales tanto por la derecha como por la izquierda. Estos Situacionistas se asocian con escritores tremendos, como el ya citado Lautréamont, el Marqués de Sade y Nietszche.

Su principal expositor, fundador y destructor fue Guy Ernest Debord (nacido en París el 30 de diciembre de 1931). Tampoco es un personaje fácil. Ciertamente fue un autor, productor de cine, editor de gran fuerza. Se integró en los años 50 a los Leteristas del rumano Isidore Isou. Fundó las revistas Internacional Leterista, Potlatch, Internacional Situacionista. Logró repeler y escandalizar pero también iniciar un diálogo duradero con un grupo reducido de lectores. Hoy puede leerse en Francés e Inglés en textos abiertos que rechazan explícitamente la protección de los derechos de autor.

En sus películas recurre a imágenes fijas y frases entrecortadas de Niteszche y Sade, usa también al collage y recomposición de escenas del cine americano. Intentó hacer cine puramente conceptual en su película “La Sociedad del Espectáculo”. Fue un hedonista comprometido y buscó innovar en todos los órdenes. Sus críticos lo consideraron borracho, depravado, destructor y hasta asesino. Debord solamente se defendió del último cargo.

Como analista y editor buscó revelar las limitaciones y reformar la vida diaria. Andrew Hussey nos presenta a Debord como un crítico implacable, que se erigió en juez no sólo de personajes públicos y sus enemigos evidentes, sino también, de sus propios compañeros. Al fin de cuentas, reclutó y expulsó a Situacionistas notables. Muchos de sus amigos terminaron considerándolo traidor, manipulador y paranoico. La lista de personas con quienes Guy tuvo entrañables amistades pero terminaron como enemigos, es notable. Cito solamente algunos: Isidore Isou, Michelle Berstein (compañera por años), Gil Wolman (fundador y coautor de ensayos teóricos fundacionales), Asger Jorn (también coautor) y Raoul Veneigem (autor del “Tratado sobre el vivir”, uno de los Situacionistas más lúcidos).

La principal obra editorial, la Internacional Situacionista empezó a circular en 1957 y desapareció a fines de 1969 después de la edición de 12 números.

La vida de Debord está enmarcada por una frase premonitoria (¿programática?) de los Situacionistas: “reduce la vida a una simple elección: revolución o suicidio”. En sus reflexiones Debord se atribuye el levantamiento estudiantil de París, sin duda para él un éxito revolucionario, pero también reconoció “nadie ha levantado a París dos veces”. Tuvo su oportunidad de transformar la vida diaria pero se le escapó sin éxito. En cierta forma de coherencia, Guy Ernest se suicidió el 30 de noviembre de 1994 (profundamente deteriorado por sus excesos) haciendo de su suicidio un ejemplo más de las tan apreciadas situaciones de las que no hay retorno. Andrew Hussey reporta que Alice Beker-Ho, esposa de Debord, consideró sin saña “Guy amó los momentos intensos, siempre momentos intensos... Fue magnificente. Su muerte fue el más hermoso regalo que pudo haberme dado”.

Los Situacionistas nos dejan la sospecha de que fueron destruidos por su propia creación.

¿Planteamientos desmesurados?
No propongo a los Situacionistas ni a Guy Debord como héroes contemporáneos. Pero sí propongo que estos irreverentes personajes veían a nuestra sociedad tan triste y trágica como seguramente muchos de nosotros vemos sus vidas.

El planteamiento de los Situacionistas lo podemos resumir en que es posible que un pequeño grupo de lectores ávidos, teóricos y bohemios pudiera:

1. Diseñar y crear situaciones relevantes para toda la sociedad europea.
2. Por medio de estas situaciones, desatar una reacción en cadena que llevara a:
Cambiar a los participantes sin posibilidad de retorno.
Liberar la vida diaria.
Crear y difundir nuevas pasiones.
Generar una revolución en el comportamiento.
Llevar a un cambio significativo en la cultura.

Según el ensayo titulado “Reporte sobre la construcción de situaciones” (publicado por Guy Debord en junio de 1957) y el Manifiesto Situacionista (obra colectiva de 1960), los planteamientos anteriores eran factibles por el alto grado de insatisfacción social y por el papel que podrían jugar las nuevas tecnologías. Mucho antes de la era del Internet y la robótica, se planteaba que la tecnología abría oportunidades para rechazar la cultura del consumo, reducir el tiempo dedicado al trabajo y generar un nuevo tipo de bienes para la convivencia social. El detonador sería la experimentación social por medio de la construcción de situaciones.

Este entorno de efervescencia hacía muy relevante el estudio de movimientos sociales y de reformadores culturales y políticos. Los Situacionistas estaban convencidos de su capacidad de sobreponer una lógica transformadora y deliberada a movimientos preexistentes. La crítica a la sociedad sería un gran detonador de la conciencia, el juego y la disposición lúdica serían un atractivo para la participación y la experimentación de “métodos para crear situaciones” sería la guía para ser cada día más eficaces en ese programa.

Si el Dadaísmo buscaba la destrucción del arte tradicional y la mezcla de todas las manifestaciones artísticas, el Situacionismo opta por utilizar el arte como componente de un mensaje mayor, con el fin de imprimirle un sentido totalmente nuevo. Para ejecutar este reencausamiento, los Situacionistas desarrollaron el “detournement”, término que significa reencausar, corromper o secuestrar sentido. Guy Debord y Gil J. Wolman publicaron en 1956 el ensayo “Métodos de ‘détournement’” con elementos para la teoría y práctica de resocialización. Estos métodos se aplicarían tanto a dichos y proverbios como a obras de teatro, música, cine, juegos electrónicos, etcétera. La meta era utilizar la fuerza de manifestaciones culturales conocidas para transmitir nuevos mensajes y para despertar la reflexión, la sorpresa, el humor, el deseo de participar o, por lo menos, el escándalo.

Lautréamont y Nietzsche son ejemplos de esta práctica de cambio de sentido. En sus Cantos de Maldoror, Lautréamont no solamente practicó el “détournement” sino también creo ritos de iniciación a una nueva cultura. “Sólo unos cuantos podrán saborear el fruto amargo sin peligro”. Como ejemplo del “détournement”, los estudiantes cantaban canciones populares francesas con letras revolucionarias durante el levantamiento de mayo de 1968.

Los Situacionistas también buscaron cambiar la ciudades para volverlas sitios de encuentro. Pasaron de la psicogeografía (interesada en hacer mapas precisos sobre las emociones que despierta el espacio urbano) a la búsqueda del “urbanismo unitario” que utilice el arte y el urbanismo para generar relaciones dinámicas y experimentos en el comportamiento. Las ciudades deben dejar de ser sedes del aburrimiento ancestral (cita de Andrew Hussey a un ensayo de Asger Jorn y Guy Debord) para convertirse en soporte de un dinamismo social sostenido.

En esta búsqueda de situaciones, Guy Debord publicó “Perspectivas para la alteración consciente de la vida diaria”. El documento fue presentado en mayo de 1961 en el Centro de Estudios Sociológicos del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) en París por invitación de Henri Lefebvre. Sorprendió a los asistentes que la conferencia fuera impartida no por Debord en vivo sino por su voz grabada de manera poco clara y en medio de ruidos de fondo. Se trata de un documento de inspiración hegeliana que analiza la forma de utilizar las propias fuerzas del sistema social para propiciar su cambio. Es uno de los documentos centrales del movimiento.

Debord plantea que la cultura es un sistema que puede ser alterado conscientemente si se entiende de manera profunda. La estrategia consiste en elegir estratégicamente un objeto de observación y cambio (un buen candidato es la vida diaria) con el fin de desatar un proceso de transformación dialéctica. Los elementos críticos son:

1. Sólo se puede comprender algo si se trata de cambiarlo.
2. Por lo tanto, es necesario desarrollar un método de conocimiento que a la vez lleve
a la transformación del sistema social.
3. La “alteración experimental” es la creación de situaciones. La observación de los resultados mejora la comprensión y facilita el mejor diseño de nuevas situaciones.
4. Lo que buscan los Situacionistas es la mayor participación social.
5. Esta mayor participación permitirá, en una segunda etapa, canalizar procesos autónomos de rechazo a los bienes de consumo y a la cultura.
6. El fin es que cada día surjan nuevos Situacionistas, nuevas situaciones y nuevos métodos.
7. Es una premisa que la sociedad de consumo confrontará las nuevas situaciones o buscará cooptar actores y apropiarse de las nuevas situaciones y sus métodos.
8. El objeto final de la “alteración experimental” es desbordar la cultura estereotipada y liberar el uso del tiempo libre.
9. El objetivo es revelar la triste realidad del consumismo, el aislamiento y el aburrimiento de la vida cotidiana.
10. También se busca apoderar a las personas para crear esas nuevas pasiones, ritos y formas de convivencia que son necesarios para generar una nueva y gran cultura.

Se trata de una revolución no violenta sino estratégica, que propicia la caída de la cultura empobrecedora y la recreación de la totalidad de la vida diaria; como decía el Manifiesto Situacionista “Todos seremos artistas, todos seremos situacionistas” o no habrá arte en el futuro. Se trata también de una visión que cuestiona profundamente el grado de conocimiento que tenemos de nuestro sistema social así como la utilidad de las ciencias sociales y la acción política tradicionales.

La tesis de que toda comprensión es social y que solo el cambio revela el funcionamiento del sistema social se acompaña de la tesis que una vez iniciado el proceso, la sociedad tiene la capacidad de desatar reacciones en cadena, generando series de situaciones que se retroalimentan sin cesar en un proceso crecientemente asistido por la tecnología.

Un elemento central en la visión de los Situacionistas es el Potlatch. Andrew Hussey atribuye este término a los antropólogos Marcel Mauss y Georges Bataille que lo consideran la forma más elevada y destructiva de actividad económica y consiste en realizar un regalo que no puede ser reciprocado. Se trata de una forma simultánea de afirmación y destrucción de la sociedad. El vocablo proviene de las tribus indígenas norteamericanas de British Columbia y Alaska.

Los Situacionistas adoptaron el término Potlatch como un “juego de destrucción total”, la negación integral de la sociedad actual que lleva al rechazo de sus bienes y valores. El Potlatch está presente en revueltas (riots) de pandillas y el pillaje que no roba sino destruye, rechaza todo lo que la sociedad ofrece como satisfactores. En este contexto, las revueltas son situaciones sin retorno de grupos humanos hastiados que aprenden a rechazar los motores del conductismo consumista. Son tendencias autónomas que requieren ser reencausadas.

¿Tuvieron impacto estos planteamientos? Se atribuyó a los Situacionistas y ellos se acreditan, documentos y acciones que desataron los movimientos estudiantiles en Estrasburgo en 1966 y en Nantes, Nanterre y París durante el verano de 1968. El documento Miseria de la vida estudiantil que contribuyó al levantamiento de la universidad en Estrasburgo, es un texto que escribió Mustafá Khayati con Debord.

Muchas de las frases escritas en los muros de la Sorbona y las barricadas en Paris, provienen de la Internacional Situacionista: “nunca trabajes”, “libera tus pasiones”, “vive sin tiempo muerto”, “nunca te aburras”, “toma tus deseos como realidad”, “todo es posible”, “el aburrimiento es contrarrevolucionario”, “la imaginación llega al poder”, “la vida real está en otro lado”.

Los documentos Situacionistas y las crónicas de los movimientos estudiantiles de Francia fueron leídos en Berkeley, Londres y muchos otros lugares que también vivieron movimientos universitarios. Los propios Situacionistas atribuyen al grupo Caos de México la intención de boicotear tanto las olimpiadas como la sociedad de consumo.

La Internacional Situacionista apareció por última vez en noviembre de 1969. Ese número iniciaba con un artículo sin firma titulado “El inicio de una era” que afirmaba que los eventos de mayo de 1968 constituían la verificación total de la teoría Situacionista del cambio. Los autores esperaban que los eventos se repitieran con mayor fuerza y de manera decisiva. A pesar de las declaraciones de triunfo, Andrew Hussey atribuye un tono rencoroso, sombrío y defensivo a esa publicación.

En ese mismo número final, los Situacionistas reconocieron un error táctico al haber centrado la acción en la Universidad de la Sorbona y no en las fábricas parisinas. El mensaje de rechazo a la cultura trató tardíamente y sin éxito de convertirse en la búsqueda de la autoadministración y la integración de consejos de los trabajadores.

Después del 68, los Situacionistas se sintieron capaces de crear poderosas reacciones en cadena pero no lo suficientemente para generar el cambio en la cultura. Buscaron el eslabón faltante en un marxismo revolucionario heterodoxo, anti-soviético, anti-chino y anti-burocrático. Entonces, los Situacionistas consideraron que la teoría del cambio estaba completa. En 1970 Debord llamó a reexpresar la teoría para difundirla en términos adecuados. Este planteamiento duró muy poco y la reformulación no fue terminada.

En un texto sin título de enero de 1971, Guy decidió terminar con los Situacionistas ante lo que llamó la parálisis teórica, la incompetencia y el utilitarismo de la nueva membresía; la desaparición era, según señala, la mejor forma de salvar las ideas del ridículo y la mistificación.

A mi juicio, los Situacionistas tuvieron su mejor momento en la etapa surrealista y hegeliana de elaboración teórica y preparación. El matrimonio entre crear situaciones y el marxismo revolucionario destruyó el sentido del Situacionismo como estrategia de renovación creativa.

Tipos de Situaciones creadas
Los Situacionistas supieron fundar una escuela y establecer un pequeño grupo surrealista capaz de vincularse con otros movimientos europeos. Supieron dar ese paso al vacío para sustraerse de la cultura dominante y volverse menos vulnerables. También supieron alimentar al Homo Ludens y contener al Homo Faber. En su primera etapa, supieron desarrollar una teoría y una práctica sugerentes para la creación de situaciones. Supieron también identificar un enemigo significativo, la “sociedad del espectáculo”, al que era imperativo exhibir y debilitar. En su etapa más activa, procedieron a promover la renovación social, conjugando acciones de Potlatch con el movimiento estudiantil.

Se puede argumentar que los Situacionistas se encontraron con un movimiento autónomo y se sumaron a él o que ellos contribuyeron a crearlo y a darle consistencia. En cualquier caso, ellos están íntimamente vinculados con el movimiento estudiantil del 68. Sin embargo, es un hecho que no pudieron desatar una revolución. Quedaron esperando a que se presentaran nuevas condiciones adecuadas para el cambio que nunca se presentó.

Su última etapa fue de autodestrucción, suicidio y testimonio. Su esfuerzo de simplificación y difusión de la teoría fue efímera, pero su decisión de terminar con el movimiento fue más exitosa. Muchos de ellos, como Guy Debord, tuvieron que vivir aislados como resultado de su decisión de entrar en conflicto activo con la sociedad y acometieron un proceso de autodestrucción. Al fin de cuentas, tuvieron cierto éxito en dejar testimonio de “situaciones sin retorno”; siguen siendo leídos y analizados.

Los tres párrafos anteriores resumen la agenda no planeada de los Situacionistas y racionalizada a posteriori en los escritos de Debord. Vale la pena presentar otra tipología, más consistente con los textos iniciales, para la creación de situaciones:

1. Cambiar (enriquecer) la vida diaria individual y vivir intensamente.
2. Forjar una identidad propia
3. Profundizar en el conocimiento social.
4. Revelar aspectos escondidos del funcionamiento de instituciones.
5. Dar forma a la realidad.
6. Perfeccionar el método para crear situaciones.
7. Generar ideas para el diseño de estructuras sociales complejas.
8. Gozar por el intercambio social.
9. Contrarrestar imposiciones de la cultura.
10. Confrontar enemigos poderosos.


Los Situacionistas demostraron que es fácil destruir. Sin embargo, el reto que plantean sus escritos originales es la construcción de una nueva sociedad y hacer de la vida una obra de arte. Ambos son retos de largo plazo. En coherencia, la meta debe ser la creación de situaciones para toda la vida.

Reflexiones finales
La crítica de Henri Lefebvre, citada y acremente rebatida por la Internacional Situacionista número 12, presenta una perspectiva relevante “los situacionistas... proponen no una utopía concreta, sino una abstracta. ¿Realmente imaginan ellos que un buen día en una noche decisiva las personas se van a mirar unas a otras para decir ‘¡Suficiente! Estamos hartos del trabajo y el aburrimiento! ¡Vamos a terminar con ambos! y ellos procederán a iniciar un festival interminable y la creación de situaciones? A pesar de que esto sucedió una vez en la historia en la tarde del 18 de marzo de 1871, la combinación de circunstancias no sucederá otra vez”.

La crítica de Lefebvre es justa al cuestionar la suficiencia de la voluntad colectiva para propiciar el cambio y la capacidad de los Situacionistas para encausarlo, pero no hace justicia a la participación de este grupo en los movimientos estudiantiles ni en su trabajo conceptual de lustros. Ciertamente, el balance no es fácil y todavía está por definirse.

Más allá de la experiencia concreta, vivencias, éxitos y fracasos, los Situacionistas
dejan cuatro reflexiones.

Primera reflexión, Debord y sus compañeros nos proponen que es necesario desarrollar
conscientemente:

1. El deseo irrefrenable de vivir intensamente.
2. La motivación para buscar el mejoramiento de nuestro entorno.
3. La capacidad de participar constructivamente en situaciones creadas por terceros.
4. La habilidad de diseñar, ejecutar y aprender de situaciones creadas por nosotros mismos. Es decir, el juicio para saber cómo y cuándo crear situaciones.
5. El hábito de analizar y evaluar constantemente las propias experiencias personales y sociales para reconstruir la historia personal. Reconocer situaciones y participaciones de alta y de baja calidad.
6. La cultura sobre las situaciones que han conformado nuestro entorno y sobre situaciones relevantes para otras comunidades.

El término “desarrollar conscientemente” no es simplemente expresión de voluntarismo. Se trata de aplicar el conocimiento sistemático sobre el funcionamiento de la sociedad para la acción práctica. Dicho de otra manera, la propuesta de los Situacionistas llevaría a aplicar todos los conocimientos de las Ciencias Sociales para el diseño de los cursos de acción de los individuos y los grupos informales, así como para definir las respuestas de estos individuos y grupos a las acciones de otros. Este proceso sería análogo a la práctica rutinaria de utilizar las Ciencias Sociales para diseñar las políticas públicas de los distintos niveles de gobierno y las acciones de grandes instituciones.


Segunda reflexión
La aplicación de las Ciencias Sociales a individuos y pequeños grupos requeriría una honda renovación de esas disciplinas. Esto es consistente con el profundo respeto de los Situacionistas sobre el conocimiento social con su fuerte crítica a las ciencias sociales tradicionales.

¿Es factible este planteamiento? Yo creo que sí. Basta ver conceptos como la investigación acción, teoría de la sociedad civil (con el dilema legitimidad-valor), el capital social y la inteligencia emocional, que si bien tienen otro sustrato conceptual y otros fines, reconocen el profundo valor de la interacción y la creatividad para el entendimiento de los fenómenos sociales. En la medida en que esto sea cierto, se requeriría también una nueva clase de científicos sociales.

Una dificultad para evaluar los planteamientos de los Situacionistas y las observaciones de Lefebvre y tantos otros críticos, es que las situaciones a las que se refieren Debord y sus compañeros son una anomalía en sentido estadístico, mientras que las Ciencias Sociales están más orientadas a estudiar sucesos comunes, más que extremos. Éste también es un tema en el que las experiencias personales tienen solamente un valor anecdótico y no son decisivas.

La tercera reflexión
Además del desarrollo de la cultura de las situaciones y el reto metodológico para la Ciencias Sociales, una parte significativa de lo que llamamos “nuestro mundo” está fundamentalmente indeterminada y representa el espacio sobre el que se puede incidir. A pesar de esto, normalmente completamos esta imagen del mundo y actuamos como si en realidad fuera definitiva renunciando a intentar cambiarla. Me refiero, en primer término, a que la estructura rígida de una sociedad compuesta por leyes y tecnologías (entre sus determinantes) puede soportar una gran diversidad de estructuras suaves de gran relevancia como son los patrones de comportamiento, las instituciones, los usos y costumbres. A pesar de la posible flexibilidad, estos son sorprendentemente rígidos.

También me refiero a que existe una gama muy amplia de formas en que se pueden vincular entre sí los elementos rígidos de la estructura; esto se podría cambiar sin generar un cambio estructural. Esta forma de rigidez se sustenta en instituciones de intereses que son redundantes o meramente redistributivos. Pueden cambiar, pero requieren de fuerzas que no se manifiestan de manera espontánea. Finalmente, me refiero a que el espacio de cambio a la propia estructura rígida es en general mucho más amplio de lo que reflejaría la observación casual.

Cuarta reflexión
Se vincula con esta indeterminación del potencial de cambio y es que la mayoría de nosotros no tiene respuesta a dilemas decisivos sobre el futuro, aún del futuro más personal, inmediato y cotidiano. Menos aún tiene respuestas sobre temas más trascendentes sobre los que nuestras acciones pueden llegar a tener influencia relevante.
Por lo tanto, hay muchas acciones posibles de actores relevantes que no están definidas y que podrían abrir espacios amplios de influencia para terceros.

Con demasiada frecuencia, los dilemas no se revelan como cuestionamientos o problemas explícitos, estos cuestionamientos no se formulan de manera contundente y, peor todavía, se acepta cualquier respuesta por poco relevante y por superficial que sea. En consecuencia, la materia que determina nuestro futuro es etérea. Muchos dilemas no se identifican y las opciones se desperdician en acciones poco pensadas, poco creativas y poco interesantes. La exploración es destruida no por la distancia o por enemigos sino por la civilidad (aceptación pasiva del status quo), la complacencia, la cerrazón, el temor, la falta de imaginación, la pasividad.

En esta visión, el futuro pertenece a quienes saben preguntar, a los que no aceptan
cualquier respuesta y tienen capacidad para inducir respuestas con su actuación. Para eso es crucial crear situaciones, literalmente, de las que no haya retorno, para que el proceso de pensamiento ocurra y las preferencias se manifiesten.

Los Situacionistas afirmaron que no se puede comprender la realidad si no se trata primero de cambiarla. La tesis tiene tal vez más mérito al pensar sobre el futuro: solamente se puede crear el futuro si se trata de cambiar el presente.

En mi experiencia profesional, todos los espacios descritos en las reflexiones anteriores son mayores de lo que normalmente se piensa; crear situaciones es una forma útil para revelar sus contornos. De hecho, la mayor intensidad profesional la he encontrado en la exploración, no siempre exitosa, de estos espacios. Por esto, me uno al deseo surrealista inicial de los Situacionistas, ojalá todos fuéramos Situacionistas y tuviéramos generosidad para involucrar a otros en eventos renovados. Ojalá, todos tratáramos de hacer de nuestras vidas verdaderas obras de arte. Ojalá todos actuáramos con método.

Método situacionista


Es momento de crear y hacer situaciones, hay mucho que hacer y romper. Así que lean con calma, entiendanlo y a situacionar






Manifiesto Situacionista


De acuerdo al manifiesto situacionista que elaboró Guy Debord en 1960



Fragmentos



Robinson Crusoe de Daniel Defoe

“Cuan facil es al hombre – pensaba yo – mudar su situación, por triste que sea, en otra más deplorable aún”

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No sentimos las ventajas de un estado hasta que probamos los inconvenientes de otro. No conocemos el valor de las cosas hasta que de ellas nos vemos privados.

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¿De cuántas fuentes secretas, opuestas unas a otras, hacen surgir nuestras pasiones las diferentes circunstancias? Odiamos hoy lo que ayer queríamos; deseamos con ardor un objeto; y, momentos después, no podríamos ni siquiera soportar su idea.

De la guía del autoestopista galáctico



La historia de todas las civilizaciones importantes de la galaxia tiende a pasar por tres etapas diferentes y reconocibles, las de Supervivencia, Indagación y Refinamiento, también conocidas por las fases del Cómo, del Por Qué y del Dónde.
Por ejemplo:
La primera fase se caracteriza por la pregunta: ¿Cómo podemos comer?
La segunda, por la pregunta: ¿Por qué comemos?
La tercera, por la pregunta: ¿Dónde vamos a almorzar?

La persecución veneciana


De la "Transparencia del mal" de Jean Baudrillard

Un extraño orgullo nos lleva no sólo a poseer al otro sino a forzar su secreto; no sólo a resultarle querido sino a resultarle fatal. Desempeñar en la vida del otro el papel de la eminencia gris.

Comenzar a seguir a la gente por azar, por la calle, en secuencias breves y desorganizadas, con la idea de que la vida de la gente es un recorrido aleatorio, que carece de sentido, que no va a ninguna parte y que por ello es fascinante. Sólo existimos tras sus pasos, a sus espaldas – en realidad seguimos nuestros propios pasos, a nuestras espaldas –. Así que no es para descubrir la vida del otro, ni adónde va. Tampoco es una deriva en busca de lo desconocido. Creemos que somos el espejo del otro que no lo sabe. Creemos que somos el destino del otro, el doble de su recorrido que para él tiene un sentido, pero que repetido ya no lo tiene. Es como si alguien, detrás de él, supiera que no va a ninguna parte. Es, en cierta manera, como arrebatarle su objetivo: un genio malévolo se desliza sutilmente entre él y él mismo. Eso es tan fuerte que muchas veces la gente presiente que es seguida, por una especie de intuición de que algo ha entrado en su espacio, ha alterado su curva.

William Blake y Wolverine



En la radicalidad del comic, no existen sólo textos al azar. La poesía, la filosofía, la sociología incluso la psicología, aparecen en estas metafóricas historias. En esta ocasión leeremos un poema del Maestro William Blake, que aparece en uno de los pequeños bosquejos de Watchmen y en Wolverine Origin al que se le dedica un capítulo completo.

EL TIGRE

¡Tigre! ¡Tigre! ardiendo brillante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué abismos o cielos lejanos
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Y qué mano osó ese fuego sujetar? ¿Y que hombro y qué arte
Torció las fibras de tu pecho?
Y al comenzar tu corazón a latir,
¿Qué mano terrible o pie terrible?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En cuál horno tu cerebro?
¿Qué yunque? ¿Qué puño terrible
osó ceñir su terror letal? Cuando los astros arrojaron sus lanzas
Y humedecieron sus lágrimas el cielo,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿Aquel que creó al Cordero, te creó a ti?

Tigre! ¡Tigre! ardiendo brillante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?

Dice Bauman



"En nuestro esfuerzo por escapar de la soledad y la impotencia, estamos dispuestos a deshacernos de nuestro yo individual, ya sea por sumisión a nuevas formas de autoridad o adaptandonos compulsivamente a los patrones establecidos"

La Asfixia de Palahniuk



Qué tan cierto es, no?

Para hacer que dure, para evitar correrme, le digo al trasero floreado de Nico lo guapa que es, lo dulce que es y cuánto la necesito. Cuánto necesito su piel y su cabello. Para hacer que dure. Porque solamente puedo decirlo ahora. Porque en cuanto este momento acabe, nos odiaremos el uno al otro. En cuanto nos encontremos fríos y sudorosos en el suelo del lavabo, un momento después de corrernos, no querremos ni mirarnos.
La única persona a la que odiaremos más que al otro será a nosotros mismos.
Esos son los únicos minutos en que puedo ser humano.
Solamente durante estos instantes no me siento solo.

Trópico de Capricornio



El Maestro Miller dice:

No he ganado nada con la ampliación de mi mundo: al contrario, he perdido. Quiero volverme cada vez más infantil, y superar la infancia en la dirección contraria. Quiero desarrollarme en el sentido contrario exactamente normal, pasar a un dominio superinfantil, del ser que será absolutamente demente y caótico, pero no al modo del mundo que me rodea.

Me he adaptado a un mundo que nunca fue mío. Quiero abrirme paso a través de este mundo más amplio y encontrarme de nuevo en la frontera de un mundo desconocido que arroje a las sombras este mundo descolorido, unilateral.

Carlos Marx



Escribe Marx en sus manuscritos económico - filosóficos:


Si quieres influir en otras personas debes ser una persona que estimule e impulse realmente a otros hombres. Cada una de tus relaciones con el hombre y la naturaleza debe ser una expresión específica, correspondiente al objeto de tu voluntad, de tu verdadera vida individual. Si amas sin evocar el amor como respuesta, es decir, si no eres capaz, mediante la satisfacción de ti mismo como hombre amante, de convertirte en persona amada, tu amor es impotente y una desgracia.

Una historia violenta



Capítulo Uno
ten cuidado de los pasos desesperados.
el día más oscuro (la viva mañana de la colina) habrá fallecido.
William Cowper

Capítulo Dos
Por la selva muy suavemente revolotea una sombra y una mirada. Él es miedo, o pequeño cazador, él es el miedo.
kipling

Capítulo Tres
Porque sembraron viento, y torbellinos segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán.
Oseas 8:7

Ronin


Una vez hace años, salvé la vida de un viejo y sabio cura.
Agradecido, hizo un regalo para mi de estas pocas y preciosas palabras:

Si te encuentras a la orilla de un arrecife, atrapado, con un tigre hambriento esperando debajo…
Por casualidad, ves una fresa creciendo en el arrecife…
Mataste…
Tres de mi…
Arranca la fresa…
Y muérdela…
Y saboréala…
Estamos en ese arrecife.
Nuestras vidas son tan frágiles, tan breves y tan fragantes como la flor de una cereza.

WATCHMEN


Al final de cada capítulo de WATCHMEN, aparece un reloj con una impactante y cruel sentencia:























Discurso V de Vendetta



Supongo que usted se pregunta por qué le he llamado aquí esta tarde. Bien, es porque no estoy completamente satisfecho de su desempeño últimamente…
Tengo miedo de que no valore su trabajo, y, pues tengo miedo de que nosotros pensemos en dejarle ir.
Yo se que usted ha estado con nosotros durante mucho tiempo. Casi – déjeme ver – diez mil años – palabra – acaso el tiempo no vuela, parece que fue ayer.
Recuerdo el día en que inicio su trabajo, balanceándose debajo de los árboles, fresco, desafiante y nervioso sosteniendo un hueso valientemente.
¿Dónde comienzo? lamentable usted me lo pregunto
mis palabras son: “ahí hay un montón de huevos de dinosaurio”, y río paternalmente mientras todos nos vamos al carajo.
¿Bien, venimos desde lejos, verdad? y sí, sí, usted tiene razón en todo este tiempo no ha dejado pasar un día.
Bien hecho, somos criados buenos y fieles.
Yo no he olvidado que nuestro trabajo ha sido constante y todo lo valioso que ha hecho en nuestra empresa…
El fuego, la rueda, la agricultura… es una lista impresionante, bastante vieja. Una lista alegremente impresionante, no me equivoco.
Pero para ser franco, también tenemos nuestros problemas y no hay porque alejarnos de ellos.
¿Sabe de donde vienen? le diré…
De su desgana, de su apatía por progresar, usted no tiene ganas de enfrentar la responsabilidad de ser su propio jefe. Señor sabe, se le han dado demasiadas oportunidades, se le han ofrecido y ofrecido y usted las ha rechazado.
“Yo no podría manejar esto”, los gobernadores, nos han engatusado conocemos nuestro lugar.
Para ser franco, usted no lo intenta, verdad?
Usted solo ve, no se mueve, ha estado detenido por mucho tiempo y esto comienza a mostrarse en todo y yo podría añadir que con su conducta también.
Ni los constantes enfrentamientos con sus compañeros incluso su vida privada.
Se que usted es incapaz de llevarse bien con su esposa, con su familia, discute, grita y la violencia aparece.
Se que usted siempre lastima al que usted ama, a aquel al que no se le debería hacer daño
Y qué hay de los niños, sufren con usted, concientes siempre de los problemas que hay a su alrededor, pobres. Deben sufrir su intimidación, su desesperación, su cobardía y todos sus fanatismos que con cariño les enseña.
Realmente no todo esta bastante bien, verdad?
Esto es por la imputación del inútil estándar de trabajo sobre la mala dirección, el uno y el otro… aunque, sin duda la dirección es muy mala.
Hemos estado en una cadena de malversadores, defraudadores, mentirosos y de lunáticos que nos atan a decisiones catastróficas, esto es un hecho llano.
¿pero quién los eligió? ¡Fue usted!, ¡usted el que designó a esta gente!, ¡usted que le dio la fuerza de tomar las decisiones!
Se que algunas veces nos podemos equivocar una vez, pero continuar con los mismos letales errores siglo tras siglo no me parece nada deliberado.
Usted ha animado a estos incompetentes malévolos, que han hecho de nuestras vidas grandes confusiones, ha validado indiscutiblemente sus decisiones, sin sentirlas permitiendo que lo hagan a un lado.
Usted pudo haberlos parado, todo lo que tuvo que decir era “NO” pero no tiene valor, no tiene orgullo, no es mas que un simple activo más de la empresa.
Pero espero que por lo menos su voluntad sea abundante.

Si al final de todo esto, usted sigue indispuesto, esta despedido, eso es todo.
Puede volver a su trabajo.